El aceite de cocina, un ingrediente esencial en la gastronomía colombiana, continúa desempeñando un papel fundamental en los hogares del país. Según datos recopilados por Euromonitor, empresa de investigación de mercados, Colombia registra un consumo anual de aproximadamente 350 millones de litros de aceite. Esta cifra no solo ilustra la magnitud de la dependencia de este producto en la cocina colombiana, sino también su importancia cultural y económica en el país.
Dentro del mercado diversificado, el aceite vegetal, una mezcla de diversas semillas, constituye el 50% del volumen total, seguido por aceites derivados de una sola semilla como la soya, la palma y el girasol. Además, se destaca el aceite de oliva, que sigue ganando terreno en Colombia. Deoleo, uno de los principales actores en este sector, produce anualmente 200 millones de litros de aceite de oliva, satisfaciendo así una demanda creciente y diversa.
A nivel latinoamericano, Colombia se une a países como Argentina, Brasil y México en el podio de los mayores consumidores de aceite por habitante. En Colombia, el consumo promedio asciende a casi 9 litros por persona al año, reflejando su presencia en la dieta diaria de los colombianos.
Según el Grupo IMARC, el mercado latinoamericano de aceites vegetales alcanzó un valor de USD 20 mil millones en el año 2023. Se proyecta que este mercado experimentará un crecimiento anual compuesto del 4,5% hasta 2032, alcanzando un valor estimado de USD 30 mil millones. Este crecimiento se atribuye al aumento demográfico en la región y a una mayor conciencia sobre la importancia de una alimentación saludable.
En resumen, el consumo de aceite en Colombia no solo es un indicador de los hábitos alimenticios de la población, sino también un reflejo de la riqueza culinaria y el potencial de crecimiento del mercado latinoamericano de aceites vegetales y de oliva.
